martes, 29 de noviembre de 2011

Enema de Bario de Doble Contraste

Enema de Bario de Doble Contraste 

Un enema de bario, también conocido como un examen de la parte inferior del tracto gastrointestinal, es 
una prueba que utiliza un examen con radiografías para ver el intestino grueso y buscar pólipos o cáncer 
en el colon o recto.  Hay dos tipos de esta prueba: la técnica de un solo contraste donde el sulfato bario se 
inyecta en el recto para poder obtener una vista del perfil del intestino grueso; y una técnica de doble 
contraste (o “contraste de aire”) donde el aire y el bario se insertan en el recto.  Durante un examen de 
doble contraste, un médico administra un líquido con bario por el ano para entrar al recto y colon como se 
hace en el estudio de un solo contraste.  El aire se inyecta por el ano además del bario. La mezcla de aire 
con el compuesto de bario ayuda a demostrar la imagen de la parte inferior del tracto gastrointestinal en la 
radiografía. No resulta mucho dolor con esta prueba. A diferencia de una colonoscopía, estos 
procedimientos no permiten que se extirpen las muestras de pólipos o tejidos. Si se encuentra algo 
anormal, una prueba adicional (generalmente una colonoscopía) se puede requerir para hacer otro 
examen.


¿Por qué se realiza la prueba? 
Un enema de bario se puede realizar por una variedad de razones, incluyendo para ayudar con el 
diagnóstico de cáncer del colon o recto (cáncer colorrectal), y enfermedad inflamatoria.  La detección de 
pólipos (una masa benigna en el tejido del revestimiento del colon y recto), divertículos (un saco 
sobresaliente del colon) y los cambios estructurales en el intestino grueso se pueden establecer con esta 
prueba. El enema de bario de doble contraste es mejor que la técnica de un solo contraste para detectar 
tumores pequeños (así como pólipos), enfermedad inflamatoria temprana, y hemorragia causada por 

úlceras.    

La decisión de realizar un enema de bario se basa en el historial de la persona y cambios en las 
costumbres de deposiciones.  Esto puede incluir diarrea, estreñimiento, cualquier dolor en la parte inferior 
del abdomen o si actualmente demuestra sangre, mucosidad o pus en las heces.  También se recomienda 
que este examen se utilice cada 5 años para asesorar a personas sanas para el cáncer colorrectal, el 
segundo tipo de cáncer más mortal en los Estados Unidos.  Los que tienen un pariente cercano con cáncer 
colorrectal o a los que les han encontrado un pólipo precanceroso se consideran mucho más arriesgados 
para el cáncer colorrectal y deben someterse a una prueba de detección con más frecuencia para buscar 
anormalidades.


Preparación
Para realizar la prueba más exacta de enema de bario, el paciente tiene que seguir una dieta recetada y 

completar las instrucciones para la preparación del intestino antes de la prueba. La preparación 

comúnmente incluye no tomar productos de leche y seguir una dieta de líquidos por 24 horas antes de la 
prueba, además de tomar cantidades grandes de agua o líquidos claros 12-24 horas antes de la prueba. Se les puede dar laxantes a los pacientes o también ellos mismos se pueden administrar una limpieza con un 
enema. 
Adicionalmente a la dieta recetada y preparación del intestino antes de la prueba, el paciente puede 
esperar lo siguiente con un enema de bario: 
• Se pondrá una bata para asegurar su privacidad y se acomoda seguramente en una mesa que se inclina para las 
radiografías. 
• Al inyectar el bario o el aire dentro del intestino, pueden experimentar retorcijones o las ganas de defecar.  
• Se le instruirá al paciente a respirar lento y profundamente por la boca para disminuir cualquier incomodidad.  

¿Cómo se hace la prueba? 
Para empezar un enema de bario, el paciente se acuesta boca arriba en una mesa que se inclina para poder 
hacerle radiografías del abdomen. Un tubo bien lubricado se inserta por el ano.  Este tubo permite que el 
médico administre el bario lentamente al intestino.  Mientras este proceso de llenar el intestino se 
monitorea detenidamente, es muy importante que el paciente mantenga el ano contraído contra el tubo 
rectal para ayudar a mantener su posición y evitar la pérdida del bario. Este paso se enfatiza al paciente 
debido a la inexactitud que resulta si se pierde el bario.  Un globo rectal se puede inflar para ayudar a 
mantener el bario.  La mesa se puede inclinar o el paciente se puede mover a una posición diferente para 
ayudar con el proceso de llenar el intestino.  

Cuando el bario empieza a llenar el intestino, se toman las radiografías del abdomen para poder distinguir 

lo que encuentran.  Hay varias maneras para llevar a cabo un enema de bario. Una manera es que poco 
después del proceso de llenar el intestino con el bario, un tubo rectal se saca y el paciente expulsa lo más 
posible del bario.  Al completar esto, se toma una radiografía adicional y es posible que se dé un enema de 
doble contraste. Si esto se hace inmediatamente, una capa delgada del bario permanece en el intestino, y 
entonces el aire se inyecta para expandir la cavidad del intestino. A veces se toman radiografías hasta 
después de que el aire se inyecte.   

Efectos secundarios y riesgos 
Cuando un enema de bario se considera una prueba segura de detección utilizada de manera rutinaria, 
puede causar complicaciones en ciertas personas.  Las siguientes contraindicaciones (razones para no 
hacer el examen) deben de mantenerse en consideración antes de que se realice un enema de bario: 
• Los que tengan un ritmo rápido del corazón, colitis ulcerativa severa, megacolon tóxico o una perforación presunta en 
el intestino no deben de someterse al enema de bario.   
• La prueba puede hacerse cuidadosamente si el paciente tiene un intestino bloqueado, colitis ulcerativa, diverticulitis, o 
diarrea sangrienta severa.  
• Las complicaciones que pueden resultar por la prueba incluyen perforación del colon, intoxicación del agua, 
granulomas de bario (nódulos inflamados) y reacciones alérgicas. Todas estas son muy raras.  








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